LAS QUEJAS DEL PÚBLICO
Frente a la pantalla
Fósforo
Los lectores suelen atendernos. Las empresas cinematográficas todavía no.
Hemos recibido cartas. A sus puntos nos referimos.
Verdaderamente, son insoportables esos maniáticos que, en todos los salones públicos, entornan los ojos resoplan para hacer entender a las señoras que están poseídos del delirio amoroso, y subrayan con un ósculo al aire todas las escenas de amor.
¿Y qué decir de los que comentan, en voz alta, con toda clase de chistes, los episodios de la cinta?
¿Y--- oh, dioses-- de los que leen en voz alta, con toda de chistes, los episodios de la cinta?
Pues ¿y esos espectadores vergonzantes, que no hallan medio de dar a entender a todos que, aunque ellos han ido al cine, están muy por encima del cine y lo toman con gran desdén?
Acaben de irse de una vez. Y piensen que el perfecto espectador del cine pide silencio, aislamiento y oscuridad: está trabajando, está colaborando al acto, como el coro de la tragedia griega.
[Alfonso Reyes], Semanario de España, Madrid, 23 de diciembre de 1915.
Extraido del libro Luz y sombra Los inicios del cine en la prensa de la ciudad de México de Felipe Garrido. pág. 109
jueves, 17 de febrero de 2011
domingo, 6 de febrero de 2011
Esculpir el tiempo
Comparto un fragmento del capítulo La responsabilidad del artista, considero éste libro un espejo necesario para el ser humano en especial para el artista, un libro profundo, concizo, espiritual, doloroso también.
Para ser uno libre, uno simplemente tiene que serlo: sin pedir permiso a nadie. Uno debe tener su propia hipótesis acerca de lo que uno esta llamado a hacer, y seguirla , sin ceder o condescender con las circunstancias. Pero este tipo de libertad exige que uno tenga una extraordinaria fuerza interior y que uno sea extraordinariamente conciente de sí y de su responsabilidad para con uno mismo, es decir para con los demás.
Andrey Tarkovski
Para ser uno libre, uno simplemente tiene que serlo: sin pedir permiso a nadie. Uno debe tener su propia hipótesis acerca de lo que uno esta llamado a hacer, y seguirla , sin ceder o condescender con las circunstancias. Pero este tipo de libertad exige que uno tenga una extraordinaria fuerza interior y que uno sea extraordinariamente conciente de sí y de su responsabilidad para con uno mismo, es decir para con los demás.
Andrey Tarkovski
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